Aunque parecía que no llegaría nunca el calor a este verano, aquí está, con sus suaves temperaturas y sus tradicionales ganas de playa, brisa marina y crucigramas bajo la sombrilla.
Y es que, si hay algo que nos encanta, es imaginar una relajante mañana sentados frente al mar, viendo las olas llegar hasta casi nuestros pies, y refrescarnos de cuando en cuando dándonos un chapuzón. Sólo hay que levantarse, ponerse crema solar y coger la toalla… y la sombrilla, la bolsa con cuatro cositas, la esterilla, la silla plegable, una neverita por si apetece algo de picar…. En fin, si ya es complicado llegar a esa bucólica orilla, imaginemos por un momento hacerlo, además, teniendo que empujar tu propia silla de ruedas o la de tu ser querido, o llevando una mano ocupada con un bastón.
Afortunadamente, y atendiendo a la Ley de Accesibilidad Universal, en nuestro país son cada día más las playas que se suman a la atención a la diversidad de capacidades y adaptan sus accesos y servicios para que cualquier persona pueda disfrutar del verano.
En una Playa Accesible encontraremos cosas tales como:
- Facilidad de llegada, con zona de aparcamiento reservado, y en algunos casos también con parada de transporte público adaptado.
- Acceso sin escaleras a la playa, ya sea a nivel o con rampas.
- Pasarela ancha que llegue casi hasta la orilla.
- Elementos visuales/sonoros e incluso zona de sombra.
- Vestuarios, duchas y aseos adaptados.
- Ayudas técnicas como sillas y bastones anfibios.
- Personal de apoyo y asistencia.
- Boyas y redes que delimiten la zona de baño.
- Y a partir de aquí, cualquier elemento que facilite el disfrute, como pueden ser barandillas de entrada al mar, sillas instaladas a la sombra dentro del agua…
En definitiva, elementos que permiten que más de 700 puntos de la costa española reciban cada año cientos de turistas con algún tipo de discapacidad, sin que este detalle reste calidad a su capacidad y derecho al disfrute.
Algunos de los puntos accesibles mejor valorados por sus usuarios son, por ejemplo: La playa de La Arena en Isla (Cantabria), la playa de Sagunto (Valencia), la Playa de Lloret (Tarragona), así como muchas de las playas de Andalucía (Por ejemplo, El palmeral, o la playa de Roquetas en Almería) o de las Islas Baleares, especialmente en la isla de Mallorca, donde podemos encontrar más de 200 puntos solo en su línea de costa.
Ya solo hace falta un buen alojamiento adaptado en las inmediaciones, y a disfrutar de ese merecido descanso veraniego que tanto necesitamos para encarar la vuelta a la rutina.